lunes, 29 de diciembre de 2008

Déjame llorar, entregar al amor ésta noche
ésas promesas bordadas con hilos de ilusiones,
entre anillos podridos por el vicio de la mentira,
que inútilmente se fueron remendando,
perdiendo por fin la fuerza en el engaño.

Déjame llorar a aquèl beso, esta noche…
Húmeda sensación que estremecía mi ser,
embriagaba cuerpo entero, en deliro de placer;
perdida por completo en ésos labios carnosos,
que ahora se aferran afanosos a otra piel…

Déjame entregarme al verso esta noche…
Pues hasta la luna me ha dado la espalda,
la busco y le ruego que le de vida a mi pluma,
y se empeña traer a mi mente letras estériles,
pensamientos abortados en la pesadumbre,
en la insistente ausencia de tu presencia…

Déjame llorar a tu memoria esta noche…
decir en mi almohada por última vez tu nombre,
y entregarlo por fin, al destierro del silencio,
depositándolo en los pétalos marchitos del sosiego,
clavándolo en los espinos de éste maldito secreto.

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